domingo, 30 de noviembre de 2014

Diverticulitis

Estos días estoy haciendo un pequeño recorrido por las patologías que afectan al intestino. Para no variar, hoy toca otra de las enfermedades más comunes que aparecen, sobre todo, con la edad. Hoy hablamos de diverticulitis.

¿Qué es la diverticulitis?

Para entender lo que es la diverticulitis, primero tenemos que saber qué son los divertículos.
Los divertículos son bolsas o sáculos que protruyen en las paredes del intestino grueso hacia en exterior del mismo.
La diverticulitis, por lo tanto, es la inflamación de los divertículos.

¿Qué diferencia hay entre diverticulosis y diverticulitis?

Diverticulosis es la condición de tener divertículos. El hecho de tener diverticulosis, no implica que existan síntomas. Aún así, si se presentan no llegan a ser graves.
La diverticulitis es la inflamación de los divertículos, como dijimos. Esto significa, a grandes rasgos, que la diverticulitis es la diverticulosis cuando se inflama. En este caso sí hay síntomas que pueden llegar a la gravedad.
Diferencias de aspecto en una colonoscopia


Causas

La causa es desconocida aunque está demostrado que los divertículos aparecen como consecuencia de un incremento anormal de la presión interna del colon.
Se cree que podría aparecer como consecuencia de una dieta pobre en fibra y rica en precocinados. 
La diverticulitis se produce cuando en los divertículos se acumulan trozos de heces, lo cual provoca la inflamación.

Síntomas

Los síntomas principales de la diverticulitis son: 
  • Dolor agudo en el abdomen con irradiación hacia la espalda. Normalmente el dolor se da en el lado izquierdo del abdomen, por eso también es conocida la diverticulitis como la apendicitis del lado izquierdo.
  • Fiebre con tiritona.
  • Cambios en la defecación desde diarreas hasta estreñimiento.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Falta de apetito.
  • Cansancio.
  • Distensión abdominal por acumulación de gases.
  • En casos graves podría llegar a producir desgarres hemorrágicos u obstrucciones.

Tratamiento

Inicialmente se trata con reposo en cama, dieta absoluta (ayuno), sueroterapia, analgésicos y antibióticos por vía intravenosa.
Si no hay obstrucción intestinal, se colocará una sonda nasogástrica para descomprimir el intestino.
Sólo será necesaria cirugía en caso de absceso, fístula hacia algún órgano vecino o peritonitis. También en aquellos casos en que las diverticulitis son frecuentes y se necesita resecar la zona del intestino afectada.

Preoperatorio

El colon es lavado meticulosamente para que las posibilidades de infección se reduzcan. Para ello se utilizan laxantes y enemas e incluso se pedirá al paciente que beba un preparado que hará que la limpieza sea mayor.

Procedimiento

Para realizar la cirugía se aplica anestesia general. El cirujano hace una incisión de arriba a abajo en el centro del abdomen. Se reseca la parte afectada y se unen los extremos sanos (anastomosis), se drena el absceso (si lo hubiera) y se coloca una bolsa de colostomía provisional para que el intestino cicatrice correctamente.

Riesgos

La mortalidad por esta cirugía es del 2% cuando es programada y del 5-20% cuando es de urgencia.
Como en todas las cirugías puede haber riesgos asociados a la anestesia. 
Otro riesgo que se puede presentar es que se creen coágulos debido a la inactividad tras la cirugía, estos podrán viajar, por ejemplo, al pulmón creando una embolia pulmonar. Se puede producir también infección que derive en peritonitis, sangrado interno o debilitación de la incisión abdominal, necesitando una segunda intervención.
Se podrían dañar otras estructuras anatómicas durante la intervención o crearse hernias a través de la incisión.

Postoperatorio

La estancia media en el hospital de un paciente operado de diverticulitis es de 4 a 7 días. 
Durante los primeros días la dieta será absoluta. En muchos casos se colocará una sonda nasogástrica de aspiración para que el estómago no se distienda y el paciente no sienta náuseas.
Luego, se iniciará tolerancia, es decir, se comenzará de nuevo la dieta del paciente hasta que este se sienta bien y pueda ser dado de alta.
La dieta posterior a la hospitalización deberá ser rica en fibra para evitar nuevos casos de diverticulitis.

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